Es tal vez la más importante para el desarrollo de la
cultura y sociedad de área mediterránea. El país ha sido anfitrión de muchas
actividades humanas en tiempos prehistóricos, por lo cual se han hallado
numerosos sitios arqueológicos en distintas regiones: Lacio y Toscana, Umbría y
Basilicata. Luego de la Grecia Magna, la civilización etrusca y especialmente
el imperio romano que vino a dominar esta parte del mundo por muchos siglos,
llegaron el humanismo medieval y el Renacimiento que ayudaron en la formación
de la filosofía y el arte europeos. La ciudad de Roma contiene algunos de los
ejemplos de estilo barroco más importantes de toda Europa.
La Italia moderna se convirtió en nación-estado con
bastante retraso respecto de las demás naciones europeas. La conversión ocurrió
el 17 de marzo de 1861, cuando los estados de la península y las dos Sicilia se
unieron bajo el trono del rey Víctor Emanuel II de la dinastía Saboya, hasta
entonces gobernante en Piamonte y reyes de Cerdeña. El artífice de la
unificación italiana, sin embargo, fue el Conde Camillo Benso di Cavour, el
ministro en jefe de Víctor Emanuel. Roma, por su parte, se mantuvo separada del
resto de Italia bajo el mando del Papa y no fue parte del reino de Italia hasta
el 20 de septiembre de 1870, fecha final para la unificación italiana. El
Vaticano es un enclave independiente, rodeado completamente por Italia, al
igual que San Marino.
La dictadura fascista de Benito Mussolini ocurrida en
1922 llevó a Italia a una alianza desastrosa con la Alemania Nazi y el imperio
de Japón, conllevando a la eventual derrota de Italia durante la Segunda Guerra
Mundial. El 2 de junio de 1946, un referéndum sobre la monarquía resultó en el
establecimiento de la república italiana, la cual adoptó una nueva constitución
el 1 de enero de 1948. Los miembros de la familia real fueron llevados al
exilio por su relación con el régimen fascista.
Italia ingresó en la OTAN y en la Unión Europea y por lo
tanto se sumó a la creciente unificación económica y política de Europa occidental,
incluyendo la adopción del Euro en 1999.
Verduras
y frutas
La cocina italiana es rica en exquisitos platos únicos
elaborados con verduras y hortalizas (en menor medida también legumbres),
gozando de cierta atención culinaria y adquiriendo, respecto al medioevo, una
nueva dimensión gracias sobre todo a un mayor recurso de los aromas locales. Se
emplean mucho los platos preparados con setas (risotto es el risi e bisi
veneciano). Las espinacas, los calabacines, las alcachofas, los pimientos
(rellenos), los tomates, los cardos (típicos en el Piamonte), los fagioli
(alubias), el cappon magro (torta con pescado y verduras cocidas), entre otros.
Los cítricos adquieren una posición prominente entre las
comidas servidas como entradas, empleándose generalmente como postres
preparados.
Además de la pizza y la focaccia, en esta categoría
pueden encontrarse recetas parecidas, como el calzone (una especie de pizza
cerrada sobre sí misma) y otros platos como la piadina, la crescentina o el borlengo.
Focaccia al romero: Romero y aceite de oliva, a menudo
combinado con prosciutto. Se suele servir de aperitivo.
Pizza marinera: Tomate y orégano.
Pizza Margarita: Tomate y mozzarella.
Pizza napolitana: Parecida a la Margarita, con tomate,
ajo, orégano, anchoas y albahaca, de masa muy fina.
Pizza caprichosa: Tomate, mozzarella, setas, berenjena y
aceitunas negras y verdes.
Pizza 4 estaciones: Tomate e ingredientes típicos de cada
una de las estaciones del año; aceitunas y alcachofas (primavera), salami y
pimienta (verano), tomate y mozzarella (otoño), y setas y huevo duro
(invierno).
Pizza cuatro quesos: con cuatro quesos diferentes.
Pizza boscaiola, o también ai funghi e salsicce: con
mozzarella, setas y salchichas, con o sin tomate.
Existen muchas recetas de carne, algunas de ellas abundantes en su concepción, algunas de las más famosas el ossobuco, la bistecca alla fiorentina de la Toscana, el bollito misto del Piamonte (acompañado por salsa verde), preparaciones en estofado como el stracotto al barolo (estofado al vino) o en sopas como la busecca, el vitello tonnato (ternera con atún y anchoas), la piccata (carne de ternera en papillot con alcachofas), las messicani (escalopes finos), el abbacchio, etcétera. No existen en la cocina italiana grandes recetas de ave.
Carnes
y pescados
Existen muchas recetas de carne, algunas de ellas abundantes en su concepción, algunas de las más famosas el ossobuco, la bistecca alla fiorentina de la Toscana, el bollito misto del Piamonte (acompañado por salsa verde), preparaciones en estofado como el stracotto al barolo (estofado al vino) o en sopas como la busecca, el vitello tonnato (ternera con atún y anchoas), la piccata (carne de ternera en papillot con alcachofas), las messicani (escalopes finos), el abbacchio, etcétera. No existen en la cocina italiana grandes recetas de ave.
Existe una
gran cantidad y variedad de embutidos, algunos son el jamón italiano o prosciutto (prosciutto
di Parma, prosciutto di San Daniele, prosciutto di Carpegna, prosciutto di
Modena, prosciutto toscano, prosciutto veneto Berico-Euganeo, Valle d'Aosta
Jambon de Bosses, prosciutto di Norcia, prosciutto cotto, etcétera), la
mortadela, el salami, etcétera. No obstante, algunos embutidos suelen
prepararse de forma muy similar al bocadillo español, en lo que se denominan
panini. La bresaola consiste en lonchas de carne de buey crudas y se toma como
aperitivo. En el terreno de los preparados con huevo está la famosa frittata
(muy similar a la tortilla francesa).
El pescado,
es muy elaborado especialmente en Sicilia. Son importantes también los pescados
de río y de lagos, como las truchas asalmonadas, la lamprea, sopas de pescado
diversas, etcétera. El pescado y los mariscos son las principales delicias de
la cocina italiana. Se hace soute o sopa de mariscos y espagueti alle vongole
(almejas), alle cozze (mejillones) y ai ricci (erizos de mar).
La pasta es
el ingrediente más reputado de esta cocina europea. Hay una gran selección de
pastas que pueden prepararse como plato fuerte (como la lasaña y los
macarrones) y suelen servirse al comenzar la comida, de forma sencilla, con
mantequilla, parmesano, con ragú de carne (a la bolognesa) o diversas salsas
(alla carbonara, napolitana, cuatro quesos, etcétera), a veces aceite de oliva
o acompañamientos como los mejillones. También hay pastas rellenas, como los
raviolis, los tortellini, los cappelletti de Emilia (elaborados con carne de
pollo picada) y los pansotti de Rapallo (rellenos es espinaca y ricotta).
Los platos
hechos con arroz (que se denominan risottos) son uno de los elementos
característicos de la cocina del norte del país (al igual que de otras, como la
valenciana). Se trata de una base culinaria que permite elaborar gran variedad
de platos, generalmente cocidos con caldos aromatizados que emplean especias
como el azafrán (a la milanesa), en timbal (a la piamontesa), a veces empleado
como relleno de otros ingredientes como el tomate o como guarnición de otros
platos de pescado o marisco.
Es
tradicional el pesto (salsa de Génova preparada con albahaca, perejil y
mejorana, todo ello triturado con aceite, pecorino, ajo y piñones), que sirve
de acompañamiento a los trenette (tallarines planos) y a los espaguetis a la
siciliana (con berenjena y salsa de tomate).
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