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jueves, 29 de marzo de 2012

Que enfermedades posee tu organización???

Existen las siguientes:
- Agudas
- Crónicas
- Simples
- Complejas

1.   La discriminación  de agudas o crónicas está dada por su persistencia en el tiempo.
2.   Las enfermedades agudas duran menos de 6 meses mientras que las crónicas más de este periodo.
3.   A su vez la catalogación de simple o compleja está dada en cuanto a los factores intervinientes en su solución.
4.   Los enfermedades agudas: pueden ser a su vez simples o complejas, tanto como las crónicas pueden ser simple o complejos.

Ejemplos:

Agudo-Simple:
Resfriado común, gripe y cefalea.

Agudo-Complejo:

Púrpura fulminante y el infarto agudo  de miocardio.

Crónico-Simple:

Diabetes, síndrome de mal absorción, la miopía, etc.

Crónico – Complejo:

HIV, insuficiencia renal crónica, las hepatitis crónicas de origen vírico, etc.

Así como nuestra salud, tu organización puede estar padeciendo y nosotros ni siquiera percibimos los síntomas, lo cual empeora más aún la situación con menos posibilidades de poder ayudar en su cura.

Conoce Ud la historia clínica de su Organización?

¿Cuál es la Enfermedad que está afectando su Empresa?
   
El problema real radica cuando los niveles de mando de las empresas enfermas no son capaces de percibir, identificar y diagnosticar la dolencia que aqueja a la organización.

La mayoría de las veces esto se produce porque son incapaces de detectar los síntomas ya que ellos mismos forman parte del problema y, como resultado, no adoptan las medidas terapéuticas que podrían solucionar la situación.

En realidad, en muchos casos, ni siquiera se enteran de que la empresa que dirigen está gravemente enferma hasta que la enfermedad no llega a un estadio crónico ya muy difícil de curar o, aún peor, cuando ha producido metástasis y se ha extendido por todo el cuerpo de la organización.

También no debemos confundirnos en cuanto al tipo de enfermedad y sus consecuencias. Una organización tal vez pueda subsistir toda su vida con una enfermedad crónica simple y es más, con un correcto ejercicio de los mandos y paciencia hasta con una enfermedad crónica compleja.

Pero así como un simple resfriado para quién padece HIV puede ser terminal, en nuestra organización la persistencia de una enfermedad crónica compleja combinada con una aguda simple puede llevarnos a la quiebra.  

En este sentido, la lista de enfermedades de la empresa puede servir como un primer paso para, a partir de ella, profundizar el diagnóstico y prever el tratamiento a aplicar.

Así como su médico puede realizar un diagnostico diferencial (procedimiento por el cual se identifica una determinada enfermedad, entidad nosológica, síndrome, o cualquier condición de salud-enfermedad mediante la exclusión de otras posibles causas que presenten un cuadro clínico semejante al que el paciente padece), así debería usted proceder a fin de poder identificar primero la enfermedad para poder, mediante tratamiento previo, lograr la cura.

ENFERMEDADES FÍSICAS

Falta de calcio: (falta de capital)
Dolencia que suele detectarse en especial en las empresas jóvenes, cuya causa principal radica en que los planes de inversión iniciales se hicieron con criterios en exceso optimistas.

Carencia de diversas vitaminas: (deficiente formación)
 Se plantea en dos situaciones:

Cuando los promotores de la nueva empresa carecen de suficiente formación técnico-profesional para gestionar con eficiencia la empresa.
Cuando la empresa no invierte lo suficiente en la formación continuada de su personal que, al final, carece de suficientes conocimientos para hacer frente a los desafíos de un mercado en continuo cambio y evolución (los remedios de ayer no siempre son útiles para solucionar los problemas de hoy).

Insolación:
También afecta a las empresas jóvenes; surge cuando toda la planificación de la nueva empresa se ha hecho en una especie de invernadero, sin comprobar sus premisas con la realidad del mercado: cuando la empresa inicia sus operaciones en el terreno real, sufre el impacto del mismo. Usualmente no es grave y puede ser pasajera si la nueva empresa tiene suficientes anticuerpos para reaccionar, pero mientras dura resulta molesta y genera un malestar general que se extiende a toda la organización.

Contusiones y heridas:
Se producen como consecuencia de los “tropiezos” que tiene la empresa, en especial en el mercado; pueden ser leves y de fácil o rápida curación, pero existen casos en que una herida sangrante, sino se detiene a tiempo la hemorragia, puede acarrear consecuencias muy serias para toda la organización. Es usual que una empresa tenga tropiezos; si no los tiene es porque no se está moviendo.

Miopía:
El síntoma clásico es la incapacidad de los niveles de mando para reconocer los cambios que se están produciendo o que se producirán a corto plazo en el entorno de negocios (el mercado, la tecnología, etcétera); en algunos casos la miopía puede llegar a convertirse en ceguera total y la empresa pierde por completo el rumbo; nadie sabe hacia dónde deben empujar todos el carro o, aún peor, cada cual lo empuja a su conveniencia personal, con una enorme dispersión de esfuerzos y recursos.

Artrosis:
Síntoma más propio de las empresas con cierta edad; la organización pierde flexibilidad para poder adaptarse a los cambios del entorno y, puede, al final, quedar desfasada u obsoleta respecto al mercado. Se produce con mayor frecuencia entre aquellas empresas que se auto-consideran “perfectas”.

Obesidad:
El principal síntoma es la creación de puestos inútiles que desembocan en la ineficiencia; en algunos casos es posible convivir durante algún tiempo con este problema debido al patrimonio acumulado por la organización en períodos anteriores, pero, de persistir, puede convertirse en una enfermedad que conduce progresivamente a la invalidez. 

ENFERMEDADES PSICOLÓGICAS Y PSIQUIÁTRICAS

Falta de voluntad:
Para que una empresa siga siendo competitiva en sus mercados es necesario que exista, desde los niveles de mando, un impulso y brío permanentes para conducirla hacia adelante; ese impulso y brío deben sustentarse en una clara cohesión de los objetivos a alcanzar y en una visión de futuro muy precisa para la organización.

Desánimo y tristeza:
Se produce cuando en la organización no existen (o han dejado de existir) perspectivas ilusionantes, el personal ha pedido el sentido de pertenencia y no existen rumbos claros y precisos fijados desde los niveles altos y la empresa se deja atrapar por las redes de la gestión por rutinas (la organización funciona con el “piloto automático”).

Esquizofrenia:
Surge cuando se produce una ruptura entre lo que “dicen” los niveles directivos y lo que, en realidad, “hacen”. Por ejemplo, decir que la empresa necesita urgentemente reducir costes, pero ellos siguen almorzando con extraños en los restaurantes más caros o cambian el coche del año, y actitudes similares; el resultado es que el personal no sabe cómo actuar y se repliega sobre sí mismo.

Depresión:
Afecta a las empresas que han perdido la capacidad para motivar e implicar a su personal; los empleados pierden todo interés e ilusión en sus trabajos, abandonan todo intento por cambiar las cosas, carecen de iniciativa hasta para las cosas más pequeñas, actúan como robots; bajo esas condiciones ninguna empresa avanza.

Continuará…


Martín Spena

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