El ser humano es un animal sociable por
naturaleza. Esta necesidad de intercambio no solamente es una potencial fuente
de bienestar, sino que también va a ser la fuente de algunos de nuestros
aprendizajes más importantes.
Así, mediante la capacidad de observar
escribimos nuestra partitura más inocente, esa con al que comenzamos a
enfrentar el mundo y tomar nuestras primeras decisiones. Va a ser el origen de
nuestra evolución como personas.
Sin embargo, los demás no solo nos
influencian al principio ni tampoco lo hacen solamente con sus acciones,
también tienen la posibilidad de hacerlo con sus palabras. Esas que pueden
despertar a nuestra motivación dormida o que pueden tranquilizarnos en los
momentos de más agobio; por no hablar de aquellas que son mentira y se nos
clavan como puñales cuando les damos la vuelta o esas que nos susurran al oído
y nos enamoran.
En definitiva, las palabras que escuchamos
tienen en muchas ocasiones el valor de engrandecernos o la tristeza de
empequeñecernos. Esto hace que las personas que tienen la posibilidad de
utilizarlas, también tengan la obligación de conocer su poder y de utilizarlo
con la responsabilidad que demanda su uso.
Aquellos que solamente se quedan en la
primera parte y las utilizan para causar daño, provocar miedos, cultivar
amarguras y generar lágrimas sin ningún fin o con el propósito de beneficiarse
a sí mismas, son las personas tóxicas; las mismas que cargan innecesariamente
su interior y corazón con problemas, hábitos y actitudes negativas. Venenos en
frasco que comparten con cualquiera que se cruce por su camino, en forma de
desahogo propio.
Hoy voy a contar como descubrir con 7
rasgos a estas personas tóxicas, evitando así que nos puedan dañar o dificultar
nuestro propio crecimiento personal. Descubrirlas a tiempo nos permite
alejarlas y “observarlas” tan solo como aprendizaje de vida.
¿Cuáles
son los 7 rasgos para descubrir a una persona tóxica?
1.
Hablan
continuamente y en exceso de sí mismas, olvidándose de las personas que tienen
a su alrededor y, de esta forma, alimentando inconscientemente su ego.
2.
Su
discurso está construido a través de quejas y pesimismo. No sé vosotros, pero
cuando me encuentro una persona que siempre ve el lado negativo de las cosas,
inconscientemente mi corazón me muestra dos opciones: demostrarle que la vida no se basa en esa visión pesimista con ejemplos
reales humanos, o huir en estampida emocional. ¿Y
vosotros?
3.
Si
tienes alguna persona en tu entorno que enseguida asume el rol de víctima,
pretende ser el centro de atención constantemente o simplemente no pasar
desapercibido, entonces tienes muchas posibilidades de encontrarte ante una
persona toxica.
4.
Sinceramente,
tomar la actitud de que el mundo está contra tu persona, no pararte a analizar
las situaciones que generas tú mismo o se dan a tu alrededor es muy parecido al
punto anterior de “ir de victima”. Ser así hace que te detengas y pares ante la
vida, no controlando tu propia existencia ni corazón. Y lo más importante,
seguramente no gozar de una sana consciencia. Todo
ello desembocará en no darse cuenta uno mismo de si toma o no actitudes dañinas
sobre las personas de su alrededor, generándoles así un posible daño. Si
conoces a alguien con esta característica, te recomiendo lo que en el punto
anterior: intenta separarte de él/ella.
5.
Por
suerte, me di cuenta a tiempo de lo que significa la envidia, los celos y la
soberbia en la vida de las personas y en la mía propia. Estaréis de acuerdo
conmigo que estas son como vampiros emocionales que roban la energía de los
demás. Las personas tóxicas basarán su vida en ellas cada día.
6.
Las
personas que sienten o viven bajo alguna actitud tóxica no son felices ya que
su modo de pensar les impedirá vivir en paz y en armonía con los demás y su
alrededor. Todos somos responsables de cómo queremos y deseamos vivir, y en
consecuencia disponemos por naturaleza de los recursos necesarios para
modificar ciertas actitudes y gozar de más felicidad en nuestras vidas.
7.
El
punto último y el que me llevó a mí misma a tomar reflexión, consciencia, y
comenzar un proceso personal: una persona que sufre y siente la envidia no se
alegrará con las alegrías de las personas que quiere ya que, a nivel interno,
vive siempre pendiente de su propia carencia. Y creedme, cuando vives en este
nivel y alrededor de alguien así se pasan los días de forma muy desagradable
emocionalmente hablando.
Con todo esto, espero que con estos 7
rasgos os permitáis gozar de un entorno fundamentado en amigos y personas
llenas de amor que compartan con vosotros mismos lo que todo ser humano se
merece: respeto, apoyo y amor incondicional.
Para terminar, me encantará compartiros un
secreto: las actitudes que causan infelicidad y “mala vida” se pueden corregir,
romper y deshacer, superándolas con fuerza de voluntad y lo más importante, el
deseo de ser feliz y conquistar tu propia felicidad, compartiéndola con el
mundo.
Próxima publicación:
Como librarse de las personas tóxicas...
· Jorge
Aguilera es Gerente de una empresa de consultaría en comunicación
organizacional y docente en el tema para las universidades La Sabana, Sergio
Arboleda y Pontificia Universidad Javeriana.
· Compilado,
resumen y colaboración de ERQUIS BUSTAVIT CUGAT.
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